Contacto
- Email: david.vazque@colsan.edu.mx adriana.corral@colsan.edu.mx
- Dirección: Av. Fray Diego de la Magdalena 38A, Panteon Municipal el Saucito, 78114 San Luis Potosí, S.L.P.
- Horario de vista: Lunes a Domingo, 8am - 5:30pm
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El Saucito, inaugurado en respuesta a la necesidad de un cementerio moderno y más higiénico, se alzó alejado del bullicio del centro de la ciudad para aliviar la saturación de los antiguos panteones parroquiales. Promovido por el empresario Matías Hernández Soberón, su diseño reflejó la jerarquía social de la época, con áreas destinadas a clases altas y fosas comunes para otros. A lo largo de los años, este panteón se convirtió en el más importante del estado, albergando a miles de potosinos de diversas clases sociales y custodiando la historia de la ciudad entre sus muros. En 2023, su relevancia histórica fue reconocida al ser incorporado a la red iberoamericana de cementerios patrimoniales, destacando su valor cultural y su contribución a la memoria colectiva de la región.
Reconocido como patrimonio cultural y parte de la Red Iberoamericana de Cementerios Patrimoniales, El Saucito no solo invita a la reflexión, sino también a la admiración. Aquí, la muerte se honra con belleza, leyendas y una profunda conexión con nuestras raíces.
Destacan estilos arquitectónicos como el neoclásico, gótico y eclecticismo funerario, reflejando las modas y creencias de cada época. Muchas de estas obras fueron realizadas por los hermanos Biagi, reconocidos marmolistas italianos radicados en San Luis Potosí.
Ángeles, cruces, columnas, urnas y esculturas humanas son comunes en los monumentos, con simbología que alude a la eternidad, la resurrección o la memoria.
En los últimos años, el arte contemporáneo también se ha hecho presente, como los 25 murales pintados en 2022 por artistas locales, con motivo del Día de Muertos, que combinan tradición con expresión moderna.
Con una serena expresión de ternura, esta joven madre sostiene en brazos a un bebé dormido. A simple vista representa la plenitud de la vida, la caridad y la protección maternal. Sin embargo, en su simbología más profunda, ese niño es la muerte misma: un descanso eterno que arropa a los difuntos en un lugar de paz. Una imagen que consuela y honra el tránsito hacia la eternidad.
En el Saucito están depositados los restos de Juan del Jarro en el mausoleo de la Familia Teissier. Juan del Jarro (1793-1859), cuyo verdadero nombre era Juan de Dios Azíos. Fue un personaje que al paso de los años se ha convertido en leyenda. Se dice que nació en una hacienda y que podría haber vivido cómodamente, pero, en medio de las guerras del siglo XIX, emprendió la misión para ayudar a los menos afortunados en las calles de San Luis Potosí. Se dice que era un méndigo con una posesión, era un jarro en donde guardaba los mendrugos que la gente le daba. Se le atribuyeron las cualidades de predecir el futuro y de contar con buena memoria y conocimientos sobre las fiestas religiosas; supuestamente era un pacífico y agradable conversador que pronunciaba frases llenas de sabiduría. A su muerte se le organizó un suntuoso y concurrido funeral. Actualmente es obligada la visita a la tumba de Juan del Jarro en la celebración del Día de Muertos (1 y 2 de noviembre) en México. Para ofrendar se entrega un pequeño jarro y se agradece o se solicita favores.
La mayoría de los rituales relacionados con la muerte incluyen flores en sus ofrendas.
La belleza de las flores, su aroma, su color, textura y delicadeza han contribuido a ser consideradas como un medio de expresión de honra y respeto por excelencia. En términos generales, por su escasa duración, la flor representa lo efímero y pasajero, la inconstancia y la propia naturaleza. Al tener principalmente una connotación de belleza y naturaleza, se puede interpretar a las flores como una evocación de la belleza humana que se transfigura en un elemento espiritual, en un alma. De esta manera las ánimas de los difuntos se simbolizan con la flor.
Los animales son espejos de los hombres y de la moral. Desde esta perspectiva, su representación debe considerarse el complemento de un mensaje moral y no como enciclopedia zoológica.
En un monumento funerario, la simbología de animales debe ser interpretada en armonía con otros símbolos formando un solo discurso. Lo que importa, no es la especie que representan o a la que pertenecen, sino la esencia de su significado. En los monumentos funerarios del Cementerio del Saucito las representaciones evocadas son: palomas, conchas, gorriones, mariposas, águilas, búhos y serpientes. También se pueden identificar otros animales a través de la evocación de sus partes fragmentarias como son: garras de león o garras de águila.
Una cantidad considerable de monumentos funerarios en el Cementerio del Saucito, correspondiente a los años de 1889 a 1916, evocan figuras antropomorfas
Estas son entendidas como las representaciones en piedra que recuerdan formas del cuerpo humano. Por su forma y posición estas representaciones se clasifican en: retratos dolientes, almas, ángeles, figuras alegóricas, sacras o elementos anatómicos fragmentarios.
En los monumentos funerarios del Cementerio del Saucito, es común observar representaciones de objetos como emblemas cósmicos, elementos arquitectónicos, trofeos y emblemas profesionales o grupales, así como objetos relacionados con alegorías filosóficas o escatológicas.
Los restos de Ricardo Flores Magón, un destacado periodista y activista social, se encuentran aquí. Su legado sigue inspirando a generaciones.
El panteón alberga esculturas de mármol de Carrara, traídas directamente desde Italia. Cada una cuenta una historia única.
Visitantes de todo el mundo vienen a admirar la arquitectura neoclásica y los intrincados detalles de las tumbas.
El panteón ofrece visitas guiadas nocturnas donde se narran leyendas y sucesos paranormales. Una experiencia inolvidable.
El jardín central del panteón es hogar de una gran variedad de aves y plantas exóticas. Un oasis de paz en la ciudad.